Planificar la educación del ahora para el futuro
En el país de «no me acuerdo»
Doy tres pasitos y me pierdo
Un pasito para allí, no recuerdo si lo di
Un pasito para allá, ay, qué miedo que me da
En el país de «no me acuerdo»
Doy tres pasitos y me pierdo
Un pasito para atrás y no doy ninguno más
Porque yo ya me olvidé dónde puse el otro pie
En el país de «no me acuerdo»
Doy tres pasitos y me pierdo
Maria Elena Walsh
Empezamos un nuevo año con muchas esperanzas y renovación de nuestras energías, imaginando que, tras el descanso, empezaremos una nueva jornada de planificación de los cursos y clases. Sin embargo, los hechos mundiales y nacionales nos llevan a reflexionar sobre cómo la educación tiene que tomar su lugar en la formación humana y ciudadana y cómo en este momento debemos planificar cursos que agreguen a nuestros alumnos herramientas éticas y estéticas importantes, memoria e identidad, ética y valores civilizatorios, además del dominio lingüístico que anhelamos que nuestros estudiantes tengan. Pensamos el día a día, el ahora mismo, pero no nos acordamos de que todo se concretará en el futuro, aunque sea una idea bonita con la cual siempre justificamos a nuestros alumnos del por qué aprender: es para tu futuro. La verdad es que se trata del futuro de todos.
Aunque hagamos parte de la era de la información y de la imagen, parece que el valor de la memoria se borró por completo. Nuestra jornada como naciones independientes y democráticas, en especial de los países de nuestra Latinoamérica, estuvo plagada de olvidos forzosos, estéticas y modelos externos que, al imponerse, nos dejaron, en muchos casos, frágiles al reconocimiento de nuestro valor y arrojaron a muchos individuos en el rechazo de su propia identidad, considerándola débil o menor.
Cuando rompen a cuchilladas obras de arte debemos pensar de qué se trata: ¿una cuestión de ignorancia? ¿rechazo de lo que simboliza la obra en su contexto de estatus y poder? ¿incapacidad de reconocerse en lo que es un patrimonio histórico y cultural? Creo que muchos estudios se llevarán a cabo todavía respecto a los sucesos desafortunados del ocho de enero de 23 en Brasilia, pero la cuestión al fondo que más nos preocupa a los educadores es cómo llevar a los individuos hacia el reconocimiento y, principalmente, el autorreconocimiento de hacer parte, de tener una identidad histórica común que nos amalgama, en las diferencias, como nación.
Creo que los profesores de las diferentes asignaturas, podemos y debemos estar abiertos y sensibles a las voces que rechazan el conocimiento estandarizado y buscar los elementos de conexión de diferentes maneras, más contemporáneas, pero siempre rescatando la importancia de la memoria en el forjar de nuestra vida, con lo bueno y lo malo.
Trabajos con el arte, por ejemplo, pueden y deben proponerse en proyectos en los que la pintura, la fotografía, la literatura y el cine, puedan imbricarse con las necesidades de la realidad y del mundo digital. Desde el territorio del alumno, de sus preocupaciones y no solo desde la mirada del profesor sobre los eventos que a nosotros nos interesan o que más valoramos. Se trata de ensanchar su mirada de forma crítica y lúdica, discutiendo la importancia de pertenecer y valorar sus raíces culturales, en lugar de desplazarse a otro continente o país para buscar sus referencias y modelos. Podemos y debemos crear conexiones, en especial porque trabajamos con la lengua extranjera, pero, cada vez más, crear identificación y significado, podrá traer el aprendizaje a un lugar necesario, el de la emoción.
El arte no es solamente un cuadro, o una escultura. Tampoco se rompe solamente el lienzo o el barro cuando se destruye una obra. La verdad, es que se rompen en pedazos lo que nos convierte en humanos: la capacidad de ver más allá del tiempo y de la materialidad de las cosas. Con todo, queda el reto de siempre: moverse hacia el diálogo, la escucha activa, el compromiso. Podemos traer en artículos futuros ideas a respecto de cómo realizar este trabajo. Deja tu comentario, tu pregunta, tus aportes para que podamos discutirlo.
Gracias y que no nos falte nunca la memoria.
